Roberto y Azahara no dudaron ni un segundo en ponerse en nuestras manos. Una vez nos conocimos y empezamos a hablar de como sería su boda y todas las ideas que rondaban por su mente tuve muy claro como y donde se iba a desarrollar cada sesión.
Enseguida conectamos y en el momento que le comente a Azahara que le montaría un picnic romántico en el bosque con una lampara de araña le brillaron los ojos diciéndome Si Quiero!
Creamos un fantástico ambiente gracias a la colaboración de José Muriana (floreate), sumado a la bici antigua de Roberto conseguimos trasladarnos a otra época y evadirnos del mundo actual.
Acompañados en todo momento de sus dos bichillos, creamos unos recuerdos inolvidables
Pasamos un rato muy divertido y con muchas risas
¿¿¿no os morís de ganas de verlo???